Fachadas con cerámica bioactiva (componente energético), es la innovación que está generando gran interés en el rubro de la arquitectura. La pronta apertura del Hotel Nodo en Providencia, primer edificio en Latinoamérica que depurará el aire de las sustancias contaminantes del ambiente, ha sentado un precedente en Santiago.
Innovación en fachadas
La atención está puesta en las fachadas del proyecto, compuesta por una cerámica bioactiva desarrollada en Italia, que recubre la superficie del edificio y hace que el revestimiento reaccione a la acción de los rayos solares, descomponiendo y neutralizando nitrógeno y óxidos de azufre.
Dicho de otra forma, funciona eliminando los componentes contaminantes del ambiente, cuando estos entran en contacto con la superficie del edificio tratada con esta tecnología. La radiación solar genera una reacción en el material que forma oxígeno activo y anula las sustancias nocivas. Además, es antibacteriana y autolavable.
Sustentabilidad
Bercia, empresa de productos de arquitectura, lleva 10 años implementando esta tecnología. Se han instalado más de 80 mil metros cuadrados de fachadas ventiladas con componente energético; por ejemplo, en el Teatro del Lago de Frutillar, donde se hizo ingeniería, análisis térmico, provisión y montaje de la fachada. Bercia, en conjunto con su socio Laminam, es la primera empresa en Latinoamérica en implementar fachadas con este componente que genera oxígeno, tecnología que se está aplicando también en el Hospital del Trabajador de la ACHS.
“Se debe incorporar esta tecnología, ya que cada vez que se realiza un proyecto debemos devolverle a la tierra lo que le quitamos. Es parte de la responsabilidad y del compromiso país. Además, está alineado con el plan COP25, que busca que Chile sea el primer país con Carbono Neutral”, comenta Abishai Rovner, Gerente General de Bercia.
El futuro
Algunas de las medidas indicadas por los expertos es plantar 4 árboles por cada persona en 10 años. Solo en estas dos fachadas (Hotel Nodo y Teatro del Lago) que suman en conjunto 6.000 m2, representan 36.000 m2 de bosques, lo que podría ser aproximadamente unos 60.000 árboles. Si todos los proyectos nuevos tuvieran esta tecnología podríamos oxigenar Chile y en especial Santiago, Temuco y otras ciudades muy contaminadas.
“El valor de contar con esta tecnología en fachadas, tiene un costo marginal. Por lo tanto, no es un tema económico, sino que es un tema de compromiso con nuestro medio ambiente”, concluye Abishai Rovner.
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